miércoles, 12 de junio de 2013

¿QUIERES SER FELIZ?

Ser feliz, es una actitud.

Todos conocemos las bienaventuranzas, esas palabras tan hermosas que nos dijo Jesús en el Sermón de la Montaña. Sin embargo, no todos conocemos y practicamos las Bienventuranzas del Siglo XXI.

Todos deseamos ser felices, les dejo este decalogo, para que lo pongamos en practica.

Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse.

Felices los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque evitarán muchos inconvenientes.

Felices los que saben descansar y dormir sin buscar excusas, porque llegarán a ser sabios.

Felices los que saben escuchar y callar, porque aprenderán cosas nuevas.

Felices los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio, porque serán apreciados por quienes los rodean.

Felices los que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables, porque serán portadores de alegría.

Felices los que saben mirar con seriedad las pequeñas cosas y con tranquilidad las cosas grandes, porque irán lejos en la vida.

Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio, porque su camino estará pleno de sol.

Felices los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar, porque no se turbarán en lo imprevisible.

Felices los que saben callar y ojala sonreír cuando se les quita la palabra, se los contradice o cuando les pisan los pies, porque el amor comienza a penetrar en su corazón.

Felices los que son capaces de interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, porque conocen el valor de la caridad.

Felices los que saben reconocer al Señor en todo lo que encuentran, porque habrán hallado la paz y la verdadera sabiduría.

Comenten estimados alumnos, amigos....

lunes, 3 de junio de 2013

LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN

Con este nombre: "Historia de la Salvación", entendemos la entrada de Dios en nuestra historia humana y en nuestra vida. Es Dios que viene para conducir a todo hombre a su fin último, a su objetivo natural, que es el Reino de Dios.

La enseñanza más importante, el mensaje que el Señor da en cada página, es que Dios interviene con su poder en la historia del hombre, e interviene siguiendo un plan, un proyecto determinado, desde la creación hasta el final de los tiempos. Israel, este pequeño pueblo fue el escenario de las acciones maravillosas de la salvación. Todo lo que pasó dentro de esta nación, escogida para ser depositaria de la misión divina, revistió así, carácter sagrado. 


Todos los acontecimientos, hasta las leyes que reglamentaron la vida social y política, son interpretados y vividos como intervenciones salvíficas del Señor Yahvéh. Un ejemplo es el narrado en el Éxodo Cap. 16 y 17, del maná en el desierto. Los estudiosos afirman que se trata de una resina dulce que sale en los meses de verano de los arbustos cerca del Sinaí; para los ojos de todos puede ser una cosa natural, pero para los ojos del pueblo creyente eso reviste un significado especial de providencia y de ayuda de Yahvéh; así lo vio el pueblo de Israel, como la prueba de que Dios no los abandonaba.


Jesús, centro de la Historia de la Salvación

Pablo en 1Cor. 15, 20-28 y en Ef. 1, 4-12, con una vigorosa descripción, habla del plan de salvación, en que todos los hombres son conducidos al Padre por medio de Cristo. Jesús es la primicia de los resucitados, que nos llevará al Reino de Dios, después de haber destruido el mal.
Cristo Jesús, su vida, su muerte y su resurrección, es el centro de la Historia de toda la Salvación:

"Por Él, con Él, y en Él, han sido creadas todas las cosas. Todo fue hecho por Él, y con Él, todo subsiste en Él" (1 Cor. 1, 15-17)
Es de suma importancia, que quien se acerca al estudio de la Biblia, tenga presente la relación que toda la historia tiene con la venida y la enseñanza de Cristo. El mismo Jesús lo recuerda a los discípulos de Emaús: "Y les explicó todo lo que de Él se hablaba en las Escrituras" (Lc. 24, 25-27).