ENCUENTRO CON LOS JÓVENES ARGENTINOS EN LA CATEDRAL DE
SAN SEBASTIÁN
Jueves 25 de julio de 2013
Gracias..
Gracias.. por estar hoy aquí, por haber venido… Gracias a los que están adentro
y muchas gracias a los que están afuera. A los 30 mil, que me dicen que hay
afuera. Desde acá los saludo; están bajo la lluvia... Gracias por el gesto de
acercarse... Gracias por haber venido a la Jornada de la Juventud. Yo le sugerí
al doctor Gasbarri, que es el que maneja, el que organiza el viaje, si hubiera
un lugarcito para encontrarme con ustedes, y en medio día tenía arreglado todo.
Así que también le quiero agradecer públicamente al doctor Gasbarri esto que ha
logrado hoy.
Quisiera
decir una cosa: ¿qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la
Juventud? Espero lío. Que acá adentro va a haber lío, va a haber. Que acá en
Río va a haber lío, va a haber. Pero quiero lío en las diócesis, quiero que se
salga afuera… Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos
de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea
comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros
mismos.
Las
parroquias, los colegios, las instituciones son para salir; si no salen se
convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. Que me perdonen los
Obispos y los curas, si algunos después le arman lío a ustedes, pero.. Es el
consejo. Y gracias por lo que puedan hacer.
Miren,
yo pienso que, en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca, se
pasó de rosca, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos
presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la
vida que son las promesas de los pueblos. Exclusión de los ancianos, por
supuesto, porque uno podría pensar que podría haber una especie de eutanasia
escondida; es decir, no se cuida a los ancianos; pero también está la eutanasia
cultural: no se les deja hablar, no se les deja actuar. Y exclusión de los
jóvenes.
El porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo, sin empleo, es muy alto,
y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el
trabajo. O sea, esta civilización nos ha llevado a excluir las dos puntas, que
son el futuro nuestro. Entonces, los jóvenes: tienen que salir, tienen que
hacerse valer; los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar
por esos valores; y los viejos abran la boca, los ancianos abran la boca y
enséñennos; transmítamos la sabiduría de los pueblos.
En el pueblo argentino,
yo se los pido de corazón a los ancianos: no claudiquen de ser la reserva
cultural de nuestro pueblo que trasmite la justicia, que trasmite la historia,
que trasmite los valores, que trasmite la memoria del pueblo. Y ustedes, por
favor, no se metan contra los viejos; déjenlos hablar, escúchenlos, y lleven
adelante. Pero sepan, sepan que, en este momento, ustedes, los jóvenes, y los
ancianos, están condenados al mismo destino: exclusión; no se dejen excluir.
¿Está claro? Por eso, creo que tienen que trabajar. Y la fe en Jesucristo no es
broma, es algo muy serio. Es un escándalo que Dios haya venido a hacerse uno de
nosotros; es un escándalo, y que haya muerto en la Cruz, es un escándalo: El
escándalo de la Cruz. La Cruz sigue siendo escándalo, pero es el único camino
seguro: el de la Cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús.
Por favor, no
licuen la fe en Jesucristo. Hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay
licuado de banana, pero, por favor, no tomen licuado de fe. La fe es entera, no
se licua. Es la fe en Jesús. Es la fe en el Hijo de Dios hecho hombre, que me
amó y murió por mí. Entonces: Hagan lío; cuiden los extremos del pueblo, que
son los ancianos y los jóvenes; no se dejen excluir, y que no excluyan a los
ancianos. Segundo: no licuen la fe en Jesucristo.
Las bienaventuranzas. ¿Qué
tenemos que hacer, Padre? Mira, lee las bienaventuranzas que te van a venir
bien. Y si querés saber qué cosa práctica tenés que hacer, lee Mateo 25, que es
el protocolo con el cual nos van a juzgar. Con esas dos cosas tienen el
programa de acción: Las bienaventuranzas y Mateo 25. No necesitan leer otra
cosa.
Se lo pido de corazón. Bueno, les agradezco ya esta cercanía. Me da pena
que estén enjaulados. Pero, les digo una cosa: Yo, por momentos, siento: ¡Qué
feo que es estar enjaulados! Se lo confieso de corazón… Pero, veremos… Los
comprendo. Y me hubiera gustado estar más cerca de ustedes, pero comprendo que,
por razón de orden, no se puede.
Gracias por acercarse; gracias por rezar por
mí; se lo pido de corazón, necesito, necesito de la oración de ustedes,
necesito mucho. Gracias por eso… Y, bueno, les voy a dar la Bendición y después
vamos a bendecir la imagen de la Virgen, que va a recorrer toda la República… y
la cruz de San Francisco, que van a recorrer ‘misionariamente’. Pero no se
olviden: Hagan lío; cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la
historia de los pueblos, que son los ancianos y los jóvenes, y no licuen la fe.
Y
ahora vamos a rezar, para bendecir la imagen de la Virgen y darles después la
bendición a ustedes.
Nos
ponemos de pie para la Bendición, pero, antes, quiero agradecer lo que dijo
Mons. Arancedo, que de puro maleducado no se lo agradecí. Así que gracias por
tus palabras.
Oración:
En el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo.
Dios te salve, María,
llena eres de gracia….
Señor, Tú dejaste en
medio de nosotros a tu Madre, para que nos acompañara. Que Ella nos cuide, nos
proteja en nuestro camino, en nuestro corazón, en nuestra fe. Que Ella nos haga
discípulos, como lo fue Ella, y misioneros, como también lo fue Ella. Que nos
enseñe a salir a la calle, que nos enseñe a salir de nosotros mismos.